Cambios físicos y mentales
A partir de los 7 u 8 años, nuestros perros entran en la etapa senior. Es posible que notes que duermen más, tienen dificultad para subir al auto o su pelaje se vuelve gris. También pueden aparecer cambios cognitivos, como desorientación o cambios en el sueño. Entender que su ritmo de vida ha cambiado es el primer paso para cuidarlos bien.
Chequeos geriátricos
En esta etapa, la prevención es clave. Se recomienda aumentar las visitas al veterinario a dos veces por año. Exámenes de sangre y orina nos permiten detectar enfermedades renales, hepáticas o cardíacas antes de que muestren síntomas graves. Un diagnóstico temprano en un perro mayor puede significar la diferencia entre calidad de vida y sufrimiento.
Adaptando el hogar
Pequeños cambios hacen una gran diferencia: camas ortopédicas para sus articulaciones, rampas para evitar saltos y elevar los comederos para que no tengan que agachar tanto el cuello. También es posible que necesiten una dieta específica "Senior", más baja en calorías pero rica en fibra y suplementos para las articulaciones. Dale paciencia y cariño; es cuando más te necesitan.